Primera Parte
EL SÍNDROME DE LA RECAÍDA
La recuperación debe ser un
proceso activo.
Las personas en
recuperación deben de trabajar un programa diario
de recuperación.
Deben de
recordarse a ellos mismos diariamente que sufren de una adicción.
Deben de tener un
programa activo de recuperación que les de las directrices para una vida
productiva y efectiva.
La recuperación es como subir en una escalera mecánica que va
para abajo. Es imposible quedarse quieto.
La recuperación de la adicción es como subir en una escalera
mecánica que va para abajo. Es imposible quedarse
quieto.
Cuando uno deja de caminar hacia delante, comienza a
moverse hacia atrás. No tiene que hacer nada en
especial para desarrollar los síntomas que conducen a la recaída. Todo lo que
necesita hacer es no dar los pasos necesarios en la recuperación. Los síntomas
se desarrollan espontáneamente si falta un programa fuerte de recuperación. Una
vez que usted abandone un programa de recuperación es tan sólo cuestión de
tiempo, para que los síntomas agudos de la pos abstinencia aparezcan, y si no
se hace nada para manejarlos, usted va a experimentar un periodo de conducta
que se le saldrá de las manos y que nosotros llamamos el síndrome de la
recaída. La pérdida de control de los síntomas agudos de la pos abstinencia
resulta en el síndrome de la recaída.
La mayoría de las personas en recuperación experimentan los
síntomas agudos de la
pos abstinencia, pero estos varían en severidad.
La forma en que se manejen es lo que determina la
severidad del síndrome de la recaída.
Síndrome de la Recaída = SAP - El manejo de los
síntomas
Si usted está
experimentando el SAP (síndrome agudo de
pos abstinencia) y usted no hace lo que es necesario para manejar efectivamente
esos síntomas, el síndrome de la recaída eventualmente se apoderará de su vida.
Los síntomas comenzarán a crecer y a progresar.
Existen muchas señales sutiles de alerta y ocurren
muchos cambios en los pensamientos, emociones y personalidad antes de que se
pierda el control. Eventualmente se pierde el control de uno mismo.
Comenzará a descender progresivamente hasta que
vuelva a consumir o actuar o tengo otro
tipo de reacción emocional o física aguda a menos que se haga algo para
interrumpir la escalada. Es importante que
usted esté siempre consciente que el proceso de la recaída no solo incluye el
consumo o la actuación. Es una progresión
que crea una necesidad avasalladora por el alcohol, la droga o el sexo. A esta
progresión la llamamos el síndrome de la recaída. Es posible interrumpir esta
progresión antes de que las señales de alerta sean fuertes. Sin no se hace nada
hasta que las señales son ya fuertes es usualmente muy difícil interrumpir el síndrome de la recaída porque
usted ha perdido ya el control de su sano juicio y de su conducta. La recaída no es usualmente una elección
consciente. Estudios han demostrado que las personas propensas
a recaer por- lo general no están conscientes de las señales iniciales de
alerta de su recaída. Más tarde, cuando miran
hacia atrás, pueden identificar lo que falló, pero en el momento en el que
sucedió, no estaban conscientes de que estos problemas estaban creciendo. Las
señales de la recaída se desarrollan en un nivel inconsciente. Usted no sabrá
que están ocurriendo a menos que aprenda a traer estas señales de aviso a su atención consciente
.
El proceso de la recaída no solo incluye consumir o actuar. Es una progresión
que crea una necesidad avasalladora por la droga o
el sexo.
Esta progresión puede
fácilmente ocurrir sin un programa de recuperación efectivo y sin un manejo
efectivo de los síntomas del SAP. El proceso
comienza usualmente con el cambio. El cambio es una parte normal de la vida pero es también una causa importante del
estrés. El cambio podría ser un evento externo que lo fuerza a usted a
responder de alguna forma. O podría ser un cambio de pensamiento o actitud. El
cambio produce estrés ante el cual es posible que usted sobre reaccione y por
el cual usted muestra una baja tolerancia. A medida que los niveles de estrés
aumentan, se da una tendencia normal a negar la presencia del estrés que
dispara mecanismos de negación que son parte de la adicción. Usted comienza a
lidiar con el estrés a través del mismo tipo de negación que una vez usó para justificar el consumo o la
actuación.
"No tengo ningún problema. Lo puedo
manejar. Todo está bien."
El estrés elevado intensifica los
síntomas agudos de la pos retirada, pero su negación le impedirá ver lo que
está sucediendo. Si no se hace algo, los síntomas del SAP
aumentarán.
Usted perderá control de su
pensamiento, emociones, memoria. Usted no pensará con claridad, usted sobre
reaccionará, y no podrá recordar cosas simples. El estrés se intensifica. Usted perderá control de su
capacidad para pensar, sentir, y recordar. Después
perderá control de su conducta. Podría ir a los mismos lugares y hacer las
mismas cosas pero experimentarán cambio de conducta. No va a reaccionar de la
misma manera. Tratará a las personas en forma diferente. Va a interaccionar de
forma diferente y ocurrirá un colapso en su estructura social. De hecho toda
la estructura de su vida sufre un colapso. Cambiará su rutina diaria.
Abandonará sus hábitos regulares que le dan
consistencia y confianza su vida. Va a descuidar y a alejarse de su plan de recuperación.
Eventualmente perderá el control de su sano juicio. Tomará decisiones
equivocadas que en un estado normal nunca tomaría. Debido a ello,
cometerá errores y creará una crisis.
Su vida se hará inmanejable. Usted está fuera de control. Es capaz de ver que
ya no tiene control sobre su vida.
Creerá que se está volviendo loco. No podrá ver ninguna opción excepto la de
volverse loco, suicidarse o consumir o actuar para medicar su dolor. Usted pensará que no existe ninguna otra opción?
En este punto usted está en un
estado de degeneración y huida. Su vida se deshace en pedazos. Usted puede volver
a consumir o actuar porque parece mejor que las otras alternativas. Sin
embargo, no toda persona que experimenta el síndrome de recaída actúa o
consume. Algunos experimentan alternativas igualmente destructivas. Algunos se
suicidan o se hieren a sí mismos en accidentes serios. Otros tienen colapsos
nerviosos o físicos. Otros desarrollan enfermedades debido al estrés tales como
migraña (dolores de cabeza), úlceras o hipertensión.
Es posible interrumpir el
progreso de la recaída antes de que las señales
de alerta sean obvias.
Ken,
un hombre de 47 años casado y con dos hijos adolescentes, tenía siete años de
abstinencia. Tenía la firme convicción de
que no volvería a tomar aún si eso lo matara.
Había trabajado para la misma compañía ferroviaria
por 17 años. Por varios años, Ken había trabajado en el turno de la noche y
había disfrutado de tener menos supervisión en el trabajo y tener un día libre
para realizar trabajos extra y ganar algo más de dinero. Debido a recortes de
personal tuvieron que cambiarlo al tumo del día. Este cambio creó mucho estrés
para Ken porque tenía problemas durmiendo cuando se había acostumbrado a estar
despierto y porque comenzó a tener problemas financieros al no tener tiempo
para sus trabajos extra. Además
compartía más tiempo con su familia y le era
más difícil acostumbrarse al ruido de los niños. Cuando aquellas personas
cercanas a él comenzaron a darse cuenta de que Ken parecía más tenso que
de costumbre, este repetidamente les decía "estoy bien, nada más necesito
tiempo para acostumbrarme." En poco tiempo Ken comenzó a sentir que sus hijos le hacían ruido deliberadamente para irritarlo.
Parecía que su esposa le gustaba pelear con él
y su mente siempre estaba nublada y confusa. Aún tomar decisiones pequeñas era difícil. Ken prefería a sus compañeros
de reuniones diurnas en AA a los nuevos compañeros de las reuniones
nocturnas por lo que comenzó a faltar a las reuniones.
Aunque le gustaba llamar a algún amigo y divertirse, las llamadas y
los chistes se hicieron menos y menos frecuentes. Parecía que no se necesitaba
mucho esfuerzo para hacerlo
enojar y hacerlo decir palabrotas. Los hijos de Ken pasaban menos y menos
tiempo en casa cuando él se
encontraba ahí. Su esposa lo evitaba y le contó a su patrocinador que no sabía cuánto
tiempo más lo podría aguantar.
Finalmente Ken dejó de ir a las reuniones de
AA. Tampoco volvió a encontrarse con sus amigos para tomar café o salir a
comer. Rara vez comía con su familia y comenzó a comer a deshoras en lugar de
tomar regularmente sus comidas. Debido a su frustración financiera Ken vendió
su camión y compró uno mucho más
viejo y que costaba el doble en mantenimiento. Decidió reparar la acera en
lugar de la lavadora y el TV. Su mal juicio
tan solo hizo las cosas peores y creaba más problemas.
Comenzó a dormir más de la cuenta y a reportarse como enfermo en lugar de ir
a trabajar. Su esposa llegó al punto de amenazarlo con el divorcio,
recibió tres amonestaciones en el trabajo, y su hijo decidió irse a vivir con
un amigo para evitar problemas. Todavía decidido
a no beber, Ken comenzó a planear su suicidio, "si tan sólo logro que
crean que me caí debajo de las ruedas del tren ..." Su esposa se enteró
que el proceso de recaída se podía interrumpir y le dio dos opciones, ponerse
en tratamiento o el divorcio. Ken escogió seguir viviendo en lugar de
suicidarse.
Buscó tratamiento para su recaída aunque no
había vuelto a beber.
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