sábado, 3 de septiembre de 2011

Las Fases y Señales de Alerta de la Recaida

SÍNDROME DE LA RECAÍDA

Manejar los síntomas del síndrome agudo de la pos abstinencia (SAP) es el mejor método de prevención de recaídas.
Sin embargo, cuando ya se encuentra en un episodio disfuncional, podría ser demasiado tarde para utilizar tal método, y va a necesitar de ayuda para estabilizarse y detener el progreso de la recaída. Lo primero que hay que hacer es usar un ambiente adecuadamente controlado donde usted se puede proteger de la crisis inmediata y de la disponibilidad del alcohol o la droga. Si el episodio es menos severo, pasar algún tiempo en un ambiente tranquilo y silencioso será probablemente suficiente para que pueda comenzar a revertir el proceso. Si la situación es moderadamente severa, podría ser necesario pedir vacaciones en el trabajo y planear algún tiempo lejos de lugares y personas que hacen el problema peor.
Si los síntomas de la recaída son severos, podría ser necesaria la hospitalización antes de que se empiece a actuar o consumir o antes de que ocurra un colapso severo de otro tipo. Algunas veces las personas en un episodio disfuncional agudo creen que si no actúan o consumen se van a volver locos o a suicidarse. Usted necesita reconocer de antemano que existen otras opciones disponibles. El tratamiento de internamiento es una de esas opciones. Es mejor escoger entrar a un programa de internamiento para prevenir consecuencias severas que tener que ir a un programa de desintoxicación.
Hay personas que preferirían morir antes de volver a consumir o actuar. Esta es la razón por la que la tasa de suicidios entre los alcohólicos en recuperación es alta. Esto es muy triste porque es posible recuperarse del consumo del alcohol o la droga o de la actuación, pero no es posible
recuperarse  de la muerte. Si alguna vez usted siente que su vida está en riesgo porque el dolor es tan severo que el suicidio es una opción, busque ayuda INMEDIATA. Existen otras opciones que no son tan evidentes para usted debido a su dolor. Es importante que usted esté consciente
Y recuerde que no existe ninguna etapa en la cual no se pueda interrumpir el síndrome de la recaída si usted sabe cómo reconocerlo, si usted se da cuenta de que existen opciones constructivas en lugar de las destructivas, y si acepta que puede escoger.

LAS FASES Y LAS SEÑALES DE ALERTA DE LA RECAÍDA (Síntomas de la disfunción externa)

El proceso de la recaída hace que la persona en recuperación sienta dolor y malestar cuando no está consumiendo o actuando. Este dolor y malestar pueden llegar a ser tan severos que la persona en recuperación llega a ser incapaz de vivir normalmente cuando no consume o actúa, y siente que consumir o actuar no puede ser peor que el dolor de estar en sobriedad. Terence Gorski identificó en 1973 treinta y siete señales de alerta antes de una recaída por medio de entrevistas clínicas con 118 pacientes en recuperación. Estas personas tenían cuatro cosas en común:
1. habían completado un programa de rehabilitación para alcohólicos de una extensión de entre 21 y 28 días.
2. habían aceptado de que eran personas en recuperación que no podían hacer uso del alcohol o las drogas.
3. habían sido dados de alta con la convicción de permanecer permanentemente sobrios acudiendo a AA y a la consejería profesional.
           4. eventualmente habían recaído a pesar de su compromiso inicial de permanecer sobrios.
Los síntomas más frecuentemente reportados en esta investigación clínica fueron reunidos en un diagrama de recaída que muestra las señales de alerta antes de una recaída. Estos síntomas fueron divididos en 10 fases.

Fase I: Cambio Interno:
Durante esta fase me veo bien exteriormente, pero comienzo a emplear viejos patrones adictivos de pensamiento y de manejo de mis sentimientos que me hacen sentirme mal dentro de mí mismo. Las señales de alerta más comunes son las siguientes.
1.       Aumento del estrés. Comienzo a sentirme más estresado que de costumbre. Algunas veces como resultado de un problema o situación que es fácil de identificar. Otras veces como resultado de pequeños problemas que hacen que el estrés aumente lenta y gradualmente.
2.      Cambio en el pensamiento. Comienzo a pensar que mi programa de recuperación no es tan importante como solía ser. Algunas veces las cosas van tan bien que no creo necesitar esforzarme mucho en mi programa. Otras veces tengo problemas porque mi programa de recuperación parece estarme ayudando y entonces me pregunto, "para que seguirme molestando con él?"
3.      Cambio en los sentimientos. Comienzo a tener sentimientos desagradables que no me gustan. Algunas veces me siento eufórico, algo así como si todo me estuviera saliendo como yo quiero, aunque sé que en realidad no es así. Otras veces me siento deprimido como si nada me saliera bien. Sé que estos cambios de estado de ánimo no son buenos para mí.
4.       Cambio en la conducta. Comienzo a comportarme de forma diferente. Todavía me veo y siento bien exteriormente, pero yo sé que dentro de mí no estoy practicando el programa como solía hacerlo. En mi interior sé que algo anda mal.

Fase II. Negación.
Durante esta fase, dejo de prestar atención y de decirle honestamente a los demás lo que estoy pensando y sintiendo. Las señales de alerta más comunes son las siguientes.
1.      Preocupación acerca de mí mismo. Me siento mal acerca de los cambios en mi pensamiento, sentimientos y conducta. Este malestar viene y se va y por lo general solo dura un corto tiempo. Algunas veces me temo de que no voy a ser capaz de mantenerme sobrio, pero no deseo pensar acerca de ello.
2.      Negación de que estoy preocupado.  Me enfrento a este malestar de la misma forma en que me enfrentaba a mi adicción—entro en negación y me trato de persuadir de que todo está bien cuando en realidad no lo está. Algunas veces la negación funciona y me puedo olvidar de mis problemas y sentirme mejor por un rato. Por lo general no me doy cuenta de que estoy usando la negación. Es tan sólo cuando pienso más tarde acerca de la situación que me doy cuenta de que tan mal me estaba sintiendo y de cómo negué esos sentimientos.

Fase III. Evitar a otros y actitud defensiva. Durante esta fase, trato de evitar a cualquier persona o cosa que me fuerce a ser honesto acerca de cómo mi pensamiento, sentimientos y conducta han cambiado. Si me confrontan directamente, me pongo a la defensiva y no puedo escuchar lo que los demás están tratando de decirme. Las señales de alerta más comunes son las siguientes.
1.      Creer que nunca volveré a consumir alcohol, drogas o a actuar. Me convenzo a mí mismo de que no necesito poner mucha energía en mi programa de recuperación hoy porque probablemente nunca volveré a consumir o a actuar. Tiendo a mantener esta creencia solo para mis adentros. Algunas veces tengo miedo de decirle a mi consejero o a otras personas en recuperación acerca de esta creencia por miedo a que me confronten. Otras veces me parece que ellos no tienen que meterse en mis asuntos.
2.      Preocuparme acerca de la sobriedad de los otros en lugar de acerca de mi sobriedad. Dejo de preocuparme acerca de mí sobriedad preocupándome más acerca de la sobriedad de los demás. Juzgo en mi interior las actuaciones de mis amigos y sus programas de recuperación. Guardo estos juicios para mí mismo y no hablo acerca de ellos. A esta conducta se le conoce como, "trabajar el programa del otro."
3.      Actitud defensiva. No me siento dispuesto a discutir mis problemas personales y lo que estoy haciendo en mi programa de recuperación porque tengo miedo de que me critiquen o confronten. Me siento aterrado, con miedo, y a la defensiva cuando otras personas me hacen preguntas acerca de mi programa de recuperación o señalan cosas acerca de mi recuperación que no quiero ver. Tiendo a ponerme a la defensiva aun cuando no es necesario estar a la defensiva.
4.      Conducta compulsiva. Comienzo a emplear conductas compulsivas para mantener mi mente lejos de cuan mal me estoy sintiendo. Me enredo en patrones de pensamiento y conductas viejas, rígidas y
auto derrotistas. Tiendo a hacer las mismas cosas una y otra vez sin ninguna razón válida. Trato de controlar las conversaciones, ya sea hablando mucho o no hablando del todo. Comienzo a trabajar más de lo que necesito y me involucro en muchas actividades. Otras personas piensan que soy el modelo de recuperación debido a mi gran participación en el trabajo del paso Doce y como coordinador en las reuniones. Comienzo a jugar de terapista o sicólogo en mi grupo de terapia, pero no estoy dispuesto a hablar de mis problemas personales. Evito los contactos casuales o informales con las personas a menos de que yo pueda estar en control.
5.      Conducta Impulsiva. Comienzo a crearme problemas a mí mismo al emplear mal mi discernimiento y al hacer cosas impulsivamente sin pensar bien lo que hago. Esto suele suceder en períodos de gran estrés. Algunas veces me siento mal interiormente, pero tiendo a poner excusas y a culpar a otros por mis problemas.
6.      Tendencia hacia la Soledad. Comienzo a sentirme mal en la compañía de los demás y comienzo a pasar más tiempo sólo. Generalmente tengo buenas razones y excusas para mantenerme alejado de las demás personas. Me comienzo a sentir solo. En lugar de enfrentarme a mi soledad buscando como estar con otras personas, me vuelvo más compulsivo en hacer cosas sólo.

FASE IV. Generación de la crisis.
Durante esta fase, comienzo a tener problemas en mi sobriedad los cuales no entiendo. Aun cuando quiero tratar de resolver estos problemas y trabajar duro en eso, aparecen dos nuevos problemas por cada problema que logro resolver. Las señales de alerta más comunes son las siguientes.
1.       Visión de Túnel. Comienzo a pensar que mi vida está hecha de partes separadas y sin relación la una con la otra. Me concentro en una pequeña parte de mi vida y bloqueo todo lo demás. Algunas veces me concentro solamente en las cosas positivas y bloqueo o ignoro las negativas. De esta manera puede llegar a creer erróneamente que todo está bien cuando en realidad no lo está. Otras veces veo solo lo que está mal y lo inflo fuera de toda proporción. Esto me hace sentirme como si nada me estuviera saliendo bien, cuando en realidad existen muchas cosas positivas en mi vida. A consecuencia de esto pierdo de vista la visión del todo o no puedo ver como lo que hago en una partde de mi vida puede causarme problemas en otras partes de mi vida. Así cuando surgen problemas no sé qué está pasando. Llego a creer que la vida es injusta y que no tengo ningún poder para hacer nada acerca de ello.
2.      Depresión menor: comienzo a sentirme deprimido, abatido, sin entusiasmo y sin emociones. Me falta energía, tiendo a dormir mucho, y rara vez me siento bien o lleno de vida. Soy capaz de salir de estos estados de ánimo ocupándome en otras cosas y no hablando acerca de la depresión.
3.      Pérdida de la capacidad de hacer planes constructivos. Dejo de planear a futuro y de pensar en mis próximos pasos. Comienzo a pensar que el eslogan, "un día a la vez" significa que no debo pensar en mi futuro. Pongo menos y menos atención a los detalles. Me siento sin entusiasmo. Mis planes se basan más en como deseo que sean las cosas que en la realidad, como son las cosas realmente. A consecuencia de esto hago planes que no son realistas y dejo de poner atención a los detalles para implementar estos planes.
4.      Mis planes comienzan a fracasar. Mis planes comienzan a fracasar y cada fracaso produce nuevos problemas. Tiendo a sobre reaccionar o manejar mal cada problema de modo que creo un problema nuevo y más serio. Comienzo a tener la misma clase de problemas con el trabajo, los amigos, la familia y el dinero que solía tener cuando estaba en la actuación o consumo. Me siento culpable y lleno de remordimientos cuando tengo estos problemas. Trabajo duro tratando de solucionarlos, pero parece que algo siempre va mal y crea un problema más grande y deprimente.

FASE V: inmovilización.
            Durante esta fase, me siento atrapado en un río interminable de problemas inmanejables y siento que ya no puedo más. No puedo comenzar a hacer las cosas que se que debo de hacer.
1.      Soñar despierto y pensamiento escapista. Me es más difícil concentrarme o pensar. Tengo fantasías de escape o de "ser rescatado" de todo esto por un evento poco probable. El síndrome de "si tan solo" se hace más común en mi conversación. Comienzo a soñar despierto y desear cosas que quiero sin hacer nada para conseguirlas.
2.      Sentimientos de que nada tiene solución. Comienzo a sentirme como un fracasado que nunca será capaz de hacer nada bien. Los fracasos pueden ser reales o imaginarios. Exagero los pequeños problemas y los
inflo fuera de toda proporción mientras no puedo ver lo sí estoy haciendo bien. Comienzo a creer que "he tratado de hacer lo mejor que pude y mi recuperación no está funcionando".
3.      Deseo inmaduro de ser feliz. Tengo un vago deseo de ser feliz o de que las cosas funcionen, pero no hago ningún plan para que estas cosas sucedan. Quiero ser feliz pero no tengo ninguna idea de que puedo hacer para alcanzar la felicidad. No estoy dispuesto a trabajar duro o a pagar el precio de la felicidad que quiero. Comienzo a desear que algo mágico suceda que me rescate de mis problemas

FASE VI. Confusión y Sobre reacción.
Durante esta fase tengo problemas para pensar con claridad y manejar mis pensamientos, sentimientos y acciones. Soy irritable y tiendo a sobre reaccionar ante pequeñas cosas. Las señales de alerta más comunes son las siguientes.
1.      Dificultad para pensar con claridad. Comienzo a tener problemas para pensar con claridad y resolver problemas simples. Algunas veces mi mente se acelera y no la puedo parar y otras veces parece cerrarse o ponerse en blanco. Mi mente tiende a divagar y tengo dificultades pensando acerca de algo por más de unos pocos minutos. Me siento confundido y tengo problemas en pensar como algo está relacionado o afecta a otra cosa. También tengo problemas al decidir qué es lo próximo que tengo que hacer para manejar mi vida y recuperación. A consecuencia de esto tiendo a tomar malas decisiones que no hubiese tomado si hubiera podido pensar claramente.
2.      Dificultad en manejar sentimientos y emociones. Comienzo a tener dificultades en manejar mis pensamientos y emociones. Algunas veces sobre reacciono emocionalmente. Otras veces me siento
emocionalmente vacío y no puede decir que es lo que estoy sintiendo. A veces me siento raro o tengo sentimientos locos por ninguna razón. Comienzo a pensar que me puedo estar volviendo loco. Tengo variaciones fuertes en mi estado de ánimo y periódicamente me siento deprimido, ansioso y temeroso. Como resultado de esto no confió en mis sentimientos y emociones y a menudo trato de ignorar los, medicarlos u olvidarme de ellos. Mis variaciones de estado de ánimo me comienzan a causar nuevos problemas.


1 comentario:

  1. La dirección que aparece en esta publicación, no existe.
    Si desea saber como asistir, favor escribir a saacostarica@gmail.com

    ResponderEliminar